Adicionalmente, la utilización de herramientas como la teoría de juegos, ha ampliado el contexto para el análisis del funcionamiento de los mercados, especialmente los de competencia imperfecta como los oligopolios. También, con otras herramientas analíticas novedosas, se ha ampliado la visión sobre el rol de los gobiernos en la regulación de las actividades económicas, el papel del marco institucional y el diseño e implementación de política públicas que tengan un alcance realmente efectivo.
Cualquiera sea la interpretación que se haga del comportamiento de los agentes económicos, el desempeño de las empresas y de organismos públicos, está claro que su dinámica se da en un contexto de un relativamente alto nivel de interdependencia y de interconexión global entre naciones y regiones del mundo. La diseminación de la crisis financiera y su transmisión a la economía real es un claro ejemplo de esta interdependencia.
Las dinámicas y procesos económicos actuales invitan a renovar el instrumental analítico y la metodología de observación para su interpretación. Los enfoques con estas características deben ser capaces de interpretar, por ejemplo, la paradoja de que algunas desregulaciones funcionan bien para incentivar el crecimiento económico, mientras que otras, como la desregulación financiera, han tenido un impacto negativo.
Son variadas las ideas concluyentes a extraer de los aspectos de la economía y la globalización vertidos aquí, a partir de una interpretación sui generis de algunos episodios de Los Simpsons. Pero, en aras de dejar que sea el lector quien reflexione sobre las ideas vertidas en este libro, solo quiero dejar asentado tres reflexiones finales, simplificadas, para su discusión.
La primera de ellas es la fuerte tendencia, a mi modo de ver, hacia una suerte de “hiperconsumo autogratificante” que permeabiliza a la gran mayoría de las capas sociales de prácticamente todas las naciones, especialmente de los países ricos, siendo Los Simpsons un reflejo de ello. Es una tendencia que además es la base de un modelo de producción y consumo fundamentado en “dos coches en cada garaje y tres ojos en cada pez” el cual supone un enorme sacrificio de recursos y una presión inmoderada sobre el medio ambiente, generando grandes costos sociales como efecto colateral.
Segunda, una expresión práctica relevante de esta tendencia son las actividades de las multinacionales y del sistema financiero, apoyándose en la realidad de una economía mundial interdependiente e interconectada. La inestabilidad del sistema financiero global, ha generado crisis sistémicas con un impacto negativo persistente. Se requerirá del concurso y la coordinación de los gobiernos de las naciones funcionando cooperativamente, algo en lo que se ha avanzado poco.
La tercera reflexión es que la dinámica del capitalismo global y la evidencia de países desarrollados siendo gravemente afectados por crisis financieras, salidas de su propio seno, revela un modelo probablemente insostenible desde el punto de vista medio ambiental y de la finitud de los recursos y refleja un contrato social otorgante de privilegios a los garantes del sistema por sobre las necesidades de los grupos sociales que más sufren los impactos negativos de estas crisis. Es la expresión de un modelo donde se “privatizan las ganancias” al mismo tiempo que se “socializan las pérdidas”.
En este orden de ideas, el objetivo de este estudio ha sido mostrar que los episodios de Los Simpsons se asoman tangencialmente a estos dilemas, reflejado en las acciones de los personajes como agentes económicos, de las prácticas de las empresas de la serie y de las políticas gubernamentales que se instrumentan. Si esta finalidad se ha cumplido o no es una cuestión que cabe juzgar al lector
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